El hombre que no prestaba atención a los detalles
Suelo ir 5 días a la semana un lugar, que en mi opinión, es tremendamente interesante.
Algunos dicen que no debería ir tantos días, que hay mejores cosas que hacer...
Pero es que aprendo mucho prestando atención a la gente que va allí.
No de lo que dicen, eso seguro.
Es un destino que odio, pero aun así hay algo dentro de mí que me obliga a ir todos los días.
Como cuando acabas de conocer a alguien y necesitas verla todos los días.
Supongo que será adicción o no sé, algo me llama.
La gente está siempre bebiendo cervezas, fumando, jugando al billar, a los dardos...
Es todo felicidad, no hay responsabilidades. Todo gente joven.
Y droga tienes toda la que quieras.
Todo eso está perfecto y no me molesta ni mucho menos, yo voy a lo mío.
Pero si hay algo que me encanta específicamente de este sitio.
Si hay algo que me encante de la universidad, es prestar atención a esa gente que se cree con la capacidad de opinar de todo por haber estudiado una carrera.
Yo se de muy pocas cosas.
Se hablar, escribir (depende del gusto), algo de economía y de ciencia política (lastimosamente, también depende del gusto).
Podría decirte que he aprendido todo esto en la universidad, pero desde que entré noto que desaprendo.
He leído cientos de libros. Hecho formaciones y habré visto 2 millones de videos (igual no tantos pero muchos).
Eso es cierto que me ha formado en gran medida.
Pero si me preguntas, te puedo confirmar que lo que soy hoy viene de haber sido un completo desgraciado entre los 15 y los 20 años.
Pero desgraciado de verdad. Salir de fiesta, hacer de todo, no estudiar, todo lo mal que puedas creer.
La probabilidad de convertirme en ser humano decente estoy seguro de que eran cercanas a 0.
Casualmente, lo conseguí.
Dejé bachillerato tres veces y me lo saqué a la cuarta.
Dejé una carrera y volví a entrar en otra a los 25 (mucho más maduro y habiendo trabajado en lugares horribles, eso sí).
Dejé un grado superior cuando me quedaban 6 meses para terminar.
Pero no solo faltaba disciplina, faltaba atención.
Recibía muchos comentarios de gente que me decía:
No sé cómo se te ocurren esos comentarios tan rápido.
Oye que bien te ha quedado este texto
Joder, me han dado ganas de probarlo hasta a mí.
Y un largo etc.
Faltaba darme cuenta de que mi verdadero poder estaba en las palabras.
Por eso estoy aquí.
Mucho más maduro. Más disciplinado.
Y tras haber aprendido muchísimas lecciones que nunca se enseñarían en la universidad.
PD1. Si todavía te preguntas por qué sigo yendo a la universidad, es porque me queda un año y ya nunca dejo las cosas a medias.
PD2. Por no decepcionar a mi hermosa madre.
PD3. Lo que me obliga a ir todos los días a la universidad son los 1500€ de matrícula pagada.